Qué ver en Calanda

La historia local es tan interesante como lo que ver en Calanda. Restos arqueológicos descubiertos en la zona de El Castiel demuestran que hubo un próspero asentamiento romano. Por este pasaba la calzada que comunicaba Córdoba y Caesaraugusta. En el mismo lugar se han encontrado restos visigodos.

La población actual surge bajo dominio islámico en torno a una fortaleza de la que no ha sobrevivido ningún resto. Los musulmanes construyeron el acueducto de Los Arcos, todavía hoy en funcionamiento. El rey Alfonso I el Batallador la reconquistó en 1119. Sería recuperada por los mahometanos y no fue hasta 1169 cuando se incorporó definitivamente a la corona aragonesa.

Al encontrarse en una zona disputada, en 1360 se encomendó su defensa y repoblación a la Orden de Calatrava. Los caballeros le concedieron una Carta Puebla. El lugar contó con una importante comunidad musulmana. Sin embargo, los últimos moriscos abandonaron el municipio en 1610. Asimismo, recibió sucesivamente los títulos de Muy Leal (1239), Fiel (S. XIV) y Fidelísima (1717).

Es famosa la historia del “Milagro de Calanda”. Según la tradición, en 1640, Miguel Pellicer recibió por intermediación de la Virgen del Pilar una nueva pierna. La anterior se la habían amputado dos años antes tras ser aplastada por la rueda de un carro en Valencia.

La historia del “Cojo de Calanda” es uno de los pocos milagros existentes relacionados con la resurrección de la carne. Adquirió fama internacional y situó a Calanda en el mapa. Tal episodio que coincidió con la expansión demográfica y constructiva que afectó a urbanismo, consistorio y Convento del Desierto.

En 1900 nació en Calanda Luis Buñuel, uno de los mayores cineastas de todos los tiempos. Se trata del máximo exponente del Surrealismo y primer realizador español en adquirir fama internacional. Lo logró gracias a obras como Un perro andaluz (1929), Los olvidados (1950), Viridiana (1961) o El discreto encanto de la burguesía (1972). La influencia de la localidad en la obra de Buñuel es permanente, ya sea en el reflejo de su paisaje o en los sonidos de sus tambores.

En la Guerra Civil el lugar permaneció en zona republicana. Al ser conquistada por los franquistas, en marzo de 1938, se desató una de las represiones más duras de Aragón. En pocos días se asesinaron a unas 50 personas.

Ahora, lo mejor que ver en Calanda.

Un paseo por las calles locales llevará inevitablemente hacia el Templo del Pilar, edificio barroco conmemorativo del Milagro de Calanda. Por dentro se encuentra la Capilla del Milagro, con una lápida que reza:

“En este mismo lugar y por la intercesión de la Virgen Santísima del Pilar fue restituida a su devoto Miguel Juan Pellicer la pierna que hacía largo tiempo le había sido cortada”.

En la clave del arco de su portada puede verse un bajorrelieve de la pierna crecida. Junto a este templo que ver en Calanda se encuentra la Casa Museo de Miguel Pellicer. Es una construcción del siglo XVIII que expone documentación gráfica sobre el milagro y diversas piezas de arte sacro.

Asimismo es de gran interés la Iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza. Data de la segunda mitad del siglo XVII, ampliada en 1739 en estilo neoclásico y reconstruida en 2007. De su fachada destaca la ausencia de torre, suplantada por una sencilla espadaña. Mientras tanto, en su interior se encuentra el lugar conocido como el “cuarto de sordos”. Allí se confesaban aquellos que tenían algún problema de audición y debían hacerlo a gritos.

A la entrada del pueblo se encuentra la Ermita del Humilladero, otro de los lugares que ver en Calanda. Recibe su nombre por una antigua cruz que marcaba en ese lugar los límites del pueblo. Según la tradición, ante tal hito se humillaron espontáneamente los caballos de los invasores musulmanes. El edificio actual data del siglo XV y destaca su pequeña cúpula y la espadaña que remata su fachada.

En el edificio del Ayuntamiento de Calanda (del siglo XVII) sobresalen los frescos de su fachada lateral. Muestran inscripciones alusivas a Jacinto Cascajares del Castillo y Antonio Bernad Sanz, Barón de Castiel. Fueron dos vecinos que obtuvieron cargos relevantes en las cortes de Fernando VI y Carlos III.

Cerca del Ayuntamiento de Calanda se encuentra la Casa Buñuel, edificio de principios del siglo XX. Pertenece a la familia del cineasta y pasó allí numerosas estancias. Es obra del famoso arquitecto aragonés Ricardo Magdalena.

Otro edificio que ver en Calanda ligado a la figura de Buñuel es la Casa Palacio Fortón Cascajares. Se trata de un ejemplo de arquitectura neoclásica en piedra y ladrillo. Cuenta con una notable galería de arcos curvados en su fachada sur. Alberga en su interior el Centro Buñuel de Calanda, un espacio dedicado al cine y al calandino inaugurado en el año 2000 por el centenario de su nacimiento. En él se albergan exposiciones, talleres, cursos y se ha habilitado una sala de montaje cinematográfico.

A 12 kilómetros del pueblo se sitúa el Convento del Desierto de los Carmelitas Descalzos, con advocación a San Elías. Desgraciadamente, hoy engrosa la Lista Roja de Patrimonio debido a su deterioro. Como curiosidad, se cuenta que en él alojaron un tesoro muy buscado durante las guerras carlistas. La anécdota la recoge Sergio Nevado en su novela La corona y la tiara.

Gastronómicamente, Calanda es famosa por sus melocotones con D.O. La principal singularidad de esta fruta de variedad “Amarillo Tardío” reside en su proceso de maduración. Este se lleva a cabo embolsado, protegiendo así de paso a la fruta de plagas, caídas o depredadores.

Famosa es también la Cerámica de Calanda, cuya tradición se remonta a tiempos de los árabes. Tiene como distintivo tres franjas negras que decoran todas las piezas. En su origen, estas eran las palabras Ala ak bar, “Alá es grande”. Cuando los musulmanes fueron expulsados, los cristianos continuaron fabricándola. Como no sabían leer árabe, las terna de decoraciones oscuras permaneció en sus obras.

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