Alfarería y Cerámica en Madrid

La cerámica en Madrid se remonta a la prehistoria con ejemplos excepcionales como las cerámicas campaniformes de Ciempozuelos, con decoraciones geométricas paralelas incisas. Durante la Edad media y Moderna existieron algunos centros de producción de cerámica vidriada y loza estannífera, todavía en estudio como los de Alcalá de Henares.

Será durante la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del XIX cuando Madrid se convierta en la única ciudad de España donde existía una fábrica de porcelana. La primera se construyó en los jardines de Buen Retiro, actual parque del Retiro. La Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro se edificó en 1760 por orden del rey Carlos III, que la hizo a semejanza a la que fundó en Capodimente (Italia), trayendo de allí las pastas, maquinaría y operarios. En realidad era un tipo de pasta tierna sin caolín, no consiguiendo pastas de alta cocción como la porcelana hasta el último periodo de la fábrica bajo la dirección de Bartolomé Sureda (1803-1808). Destruida la fábrica en la guerra de la Independencia, posteriormente el rey Fernando VII volvió a reanudar la fabricación de porcelana en la fábrica de porcelana de la Moncloa. Después siguió la producción la reina Isabel II, con nuevos tipos y estilos, incluso con pastas de loza industrial.

En la segunda mitad del siglo XIX destaca la fábrica de loza industrial de Valdemorillo, con hornos de botella de tipo inglés y gran producción de vajillas estampadas.

En 1870 se quiso reanudar la tradición de la cerámica en Madrid, y con el apoyo de la Corona, se creó la llamada fábrica de la Moncloa, en una zona distinta a la anterior, dirigida por los hermanos Zuloaga. Coincide con los estilos historicistas y la moda de la cerámica de color aplicada a la arquitectura. De esta fábrica salieron obras importantes como la azulejería del llamado palacio de Velázquez en el parque del Retiro con motivo de la Exposición de Minería, los azulejos del palacio de Cristal, también en el Retiro, o los grandes murales de la Escuela de Ingenieros de Minas.

En los años sesenta se revitalizó la cerámica en Madrid con la creación del taller de Majadahonda por Arcadio Blasco y la enseñanza en la Escuela de Cerámica de Madrid, de la que salieron muchos ceramistas que instalaron talleres y mostraron sus obras en Ferias de Artesanía y exposiciones.

Otro protagonista de la cerámica en Madrid es Alfredo Ruiz de Luna, miembro de una familia ceramista talaverana de gran renombre. De su obra destacan los murales de azulejos, como los que muestran los rótulos de las calles madrileñas.

En relación con la alfarería son famosos ya en el siglo XVIII los pucheros de Alcorcón, que podemos ver reflejados en algún de los bodegones de Meléndez. Destaca también Colmenar de la Oreja, con sus grandes tinajas de hasta los 4 metros de altura, y Navalcarnero, con piezas tanto vidriadas para fuego como cazuelas y pucheros, como sin vidriar para agua como cántaros y botijos. Otro centro productor de alfarería fue campo Real.

La alfarería y cerámica en Madrid siempre ha gozado de una buena fama debido a su gran calidad. Pese a que en la actualidad la tradición alfarera haya decaído un tanto en la capital española, ésta se trabajó con ahínco durante muchos años. De gran significancia fue la porcelana que se elaboraba en la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro, fundada por el rey Carlos III. Ahí se empleaba una tierra de silicato de magnesio de gran calidad que no tardó en otorgar renombre a la porcelana madrileña.

Actualmente podemos encontrar artesanos de la alfarería y cerámica en Madrid en lugares como Nuevo Baztán la ciudad de Madrid o El Escorial. A continuación presentamos los artesanos y empresas de cerámica en Madrid y provincia.

Texto del Dr. Abraham Rubio Celada, Asesor de cerámica de la Fundación Zuloaga y Socio de Ecra Servicios Integrales de Arte.