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Ceramistas de Asturias y la cerámica de Faro

Cerámica de Faro

El apego a la tradición es lo que ha favorecido a que se mantenga la cerámica en Asturias. Los dos elementos que han sobrevivido son la alfarería negra, la cerámica de Faro y la loza esmaltada. Esta se da en las piezas con cubierta estannífera y decoraciones en azul, verde, amarillo y negro.

Dentro de la alfarería negra, el centro productor más importante ha sido Llamas de Mouro, activo todavía hoy en día. Esta técnica llegó desde Miranda de Avilés. Consiste en someter las piezas a una cocción en reducción, es decir eliminando el oxígeno. Esto se consigue con arbustos verdes que produce humo, cerrando a tiempo la entrada de aire en el horno. Parece que en el éxito de la continuidad de esta cerámica ha contribuido la creencia popular de que esta clase de recipientes conservan mejor los alimentos.

El otro centro productor de cerámica en Asturias es Faro, un pueblo activo desde la Edad Media. La cerámica de Faro se centra en la alfarería negra u oscura. En este caso, el color se debe a las arcillas empleadas. Pero la cerámica de Faro más típica es la que se decora con colores verde, amarillo y negro de manganeso sobre cubierta blanca de estaño. Los temas utilizados en la cerámica de Faro son vegetales y animales, como el llamado motivo de la páxara, un pájaro comiéndose un pez. Los estilos y técnicas de la cerámica de Faro influyeron en otros pueblos con alfares – actualmente desaparecidos – como fueron Villaviciosa, Piloña, Cangas de Onís y Gijón.

De los centros extinguidos en loza esmaltada, el de Vega de Poja, – también conocida como cerámica del Rayu – fue el más importante. La cerámica del Rayu está caracterizada por las decoraciones geométricas y vegetales en azul cobalto sobre cubierta blanca de estaño. Su origen se encuentra en el siglo XVIII, en una fábrica de loza entrefina fundada en 1720 por Juan Cónsul Malen, hijo de un francés que llegó a España con Felipe V.

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En el siglo XIX la llamada loza industrial, de la que había fábricas en distintas zonas del territorio español, también floreció en Asturias. El hito más importante de la historia de la loza asturiana fue el establecimiento en Gijón de la Sociedad Rosal, Pola y Cía, que en 1874 fundó la fábrica de loza La Asturiana. Esta fábrica se convirtió en una de las mejores de España, empleando a cientos de obreros y alcanzando una producción de miles de piezas al año. La fábrica de La Asturiana cerró sus puertas en la década de los ochenta del siglo XX.

Otra importante fábrica de loza fue fundada en San Claudio (junto a Oviedo) en 1901, por Senén María Ceñal y Cía. Durante años gozó de un gran éxito. Después de la Primera Guerra Mundial la fábrica cambió de dueño, consiguiendo una segunda época de esplendor. Tras un cambio de propiedad, y sin conseguir adaptarse a los efectos de la competencia internacional, a principios del siglo XXI la fábrica se arruinó, cerrando en el 2009.

Texto del Dr. Abraham Rubio Celada, Asesor de cerámica de la Fundación Zuloaga y Socio de EcraServicios Integrales de Arte.

LOCALIDAD NOMBRE
Cangas del Narcea Cerámica Negra de Llamas del Mouro
Faro Cerámica Faro
Gijón Cerámica Vicen Sanz
Gijón Escuela-taller de cerámica
Oviedo Tierra y fuego
Piedras Blancas Taller Carabás
San Juan de Nieva Cerámica Lobato
Siero Cerámica Víctor Manuel
Sobrescobio El Pez que fuma
Somiedo Cerámica Adelaida Álvarez
Tapia de Casariego J. Cancio Cerámica
Villaviciosa Alfar La Casona
Villaviciosa Cerámica Mª José Melgarejo
Villaviciosa Taller de cerámica El Puntal
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Imagen principal: Nacho