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Qué ver en el Túnel de San Adrián

Panorámica que ver en el Túnel de San Adrián

El paso más estratégico

A unos mil cien metros de altura sobre el nivel del mar existe una oquedad que atraviesa la roca y une las provincias de Álava y Guipúzcoa. Se conforma así una de las fronteras naturales más representativas del País Vasco. Descubre con nosotros la historia y lo mejor que ver en el Túnel de San Adrián.

Planifica tu escapada al Túnel de San Adrián

Ubicado en el importante Parque Natural de Aizkorri, el acceso más próximo con coche es una pista forestal que sale del Puerto de Etxegarate. Se trata de un camino estrecho y no muchos sitios donde dejar el vehículo. Luego hay una caminata por un sendero en un paisaje bellísimo. Los dos pueblos más próximos son Zalduondo en Álava y Zegama en Guipúzcoa. Otras localidades guipuzcoanas próximas para expandir la escapada son ZerainSegura e Idiazabal.

¿Quieres conocer este sitio?

A lo largo de la Historia han transitado por el Túnel de San Adrián ejércitos, reyes, mercaderes y peregrinos. Como punto de paso, sus inicios se remontan a la antigüedad, al Imperio Romano. Por aquel entonces pasaba por él la calzada que unía Astorga con Burdeos. Esta todavía guía los pasos del visitante a ambos lados de la apertura.

Desde el siglo XI está documentado su rol como la vía natural de comunicación entre la llanada alavesa y el guipuzcoano valle del río Oria. Se alzó así como punto de paso entre Castilla y el resto de Europa.

En 1290, el papa Nicolás IV otorgó indulgencias a los peregrinos, transeúntes y mendigos que en el día de su festividad visitasen la ermita de San Adrián, en el interior del túnel. Durante su época de mayor apogeo estuvo dotado de una notable infraestructura que incluía una taberna, caballerizas y una guardia permanente.

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Por llegar, llegó hasta a contar con alcaldía. Uno de sus dirigentes incluso alardeó de ser uno de los hombres más importantes de toda Europa. Argumentó que los más distinguidos nobles del continente se descubrían en su presencia. Esto no debió de ser del todo falso, si se tiene en cuenta que el angosto orificio de salida del túnel obligaba a la mayoría de visitantes a agacharse.

El pasaje no era gratuito. Así lo evidencian los restos de la antigua aduana medieval que, en el lado guipuzcoano, sirven hoy en día de puerta de entrada al paso. Asimismo, el Túnel de San Adrián es también uno de los puntos clave de las primeras etapas del Camino Vasco del Interior. La ruta alavesa nació como alternativa a la ruta costera. Esto permitía a los peregrinos aprovechar la antigua calzada romana para llegar a Vitoria.

Entrada al Túnel de San Adrián
Entrada al Túnel de San Adrián.

Llegaba a resultar en ocasiones demasiado peligrosa a causa de las luchas banderizas y del bandidaje. Estas fueron especialmente intensas en Guipúzcoa y Vizcaya entre los siglos XIV y XV. Debido a la intensa oscuridad que reinaba en el interior del túnel, llegó a ser conocido por los caminantes como la “Boca del Infierno”.

En 1502 pasaron por él los príncipes Felipe el Hermoso y Juana la Loca en su viaje desde Flandes a Castilla. Ambos se detuvieron en la ermita del túnel para ejercer como padrinos de Felipe de Lazcano. Se trataba del hijo del famoso marino y militar Juan de Lazcano. Nacido en la comarca, dicho noble acompañaba a los príncipes en el viaje.

Las mejoras de las vías de comunicación durante el siglo XVIII fueron restando tráfico al Túnel de San Adrián. Quedaría abandonado en 1851, cuando se inauguró la carretera que cruza el macizo a través del puerto de Etxegarate. Hoy en día es un recurso turístico natural de primer orden.

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A continuación, lo mejor que ver en el Túnel de San Adrián.

Desde Guipúzcoa, la población más cercana al túnel es Zegama, situada a orillas del río Oria. A él se llega ascendiendo por una elevada y escarpada ruta senderista que discurre en pendiente a través de la sierra de Aizkorri. La entrada se realiza pasando bajo un perfecto arco de piedra anexo a los restos de una muralla medieval. Este interesante hito que ver en el Túnel de San Adrián constituía la antigua aduana de pago.

Ya antes de entrar se ve con claridad la Ermita de San Adrián. Se alza sobre una elevación de roca, a la derecha. Se construyó en 1883 sobre otra anterior, probablemente del siglo XI. En su pila se bautizó en 1502 a Felipe de Lazcano, ahijado de los príncipes Felipe el Hermoso y Juana la Loca.

Ermita de San Adrián
Ermita de San Adrián en el interior del túnel.

El conjunto del túnel no es muy extenso. Son cerca de cincuenta metros los que separan ambos extremos, perfectamente visibles cada uno desde el otro. La salida hacia Álava se estrecha hasta una apertura no superior a dos metros de altura. Observada desde el exterior, hace parecer que en vez de en un túnel se está en una cueva. Sorprende la riqueza natural de ambos extremos.

En la vertiente sur hay un antiguo Refugio de Miqueletes. Desde él la guardia foral guipuzcoana trataba de poner coto al tráfico de ganado en el siglo XIX. Hoy, sin embargo, es un agradable elemento que ver en el Túnel de San Adrián. Si se continúa el camino hacia Álava se llega a la localidad de Zalduondo.

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Finalmente, una vez hecho el recorrido por lo que ver en el Túnel de San Adrián, descubre más planes por la provincia de Guipúzcoa, así como su turismo activo.

Datos prácticos

Coordenadas

42° 56′ 6″ N, 2° 18′ 55″ W

Aparcamiento

A una media hora andando desde túnel, en una curva habilitada de la pista forestal.

Altitud

1100 m.

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