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Qué ver en Atienza

Panorámica que ver en Atienza

La roca más leal

Esta villa es famosa por la lealtad y nobleza de sus habitantes. También por la fortaleza de sus muros. El conjunto reúne una extraordinaria muestra del románico castellano. No te pierdas la historia y lo mejor que ver en Atienza.

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El recinto fortificado, las iglesias y los museos que ver en Atienza requieren de un día completo de visitas. Para el siguiente, los más intrépidos pueden recorrer la bella y estrecha carretera CM-110, que atraviesa el Sistema Central y conecta con la villa segoviana de Ayllón. Otras alternativas pasan por JadraqueCogolludo o Hita. En cualquiera de estos casos, Guadalajara capital queda a tiro de piedra. Asimismo, el combo de Sigüenza y el Parque Natural del Barranco del Río Dulce.

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Para entender al completo lo que ver en Atienza lo ideal es repasar su historia. De esta forma, las primeras referencias datan de la época celtibérica. Entonces fue citada por Ptolomeo como Tithya, capital del los Titios. Logró resistir a los romanos hasta la caída de Numancia, en el año 133 a.C.

Los árabes una atalaya y, durante la Baja Edad Media, se convirtió en un enclave estratégico. Esto se debe a que estaba situada en la frontera entre Castilla, las taifas musulmanas y Aragón. Debido a ello, cambió a menudo de dueño. Reconquistada por Alfonso III el Magno entre los años 870 y 874, pasó a manos árabes poco tiempo después. En el 978 el conde García Fernández de Castilla la vuelve a tomar. Pese a ello la abandonó cinco años después a causa de la presión mahometana.

Almanzor, en el año 989, destruyó el castillo y sus murallas, aunque la volvería a fortificar ocho años después. En el 1002, a su muerte, la recuperó el conde Sancho García. Por su parte, el Cid Campeador estuvo frente a ella en el 1081, pero renunció a atacarla por considerarla inconquistable.

La ocupación definitiva llegó en 1085, tras la toma de Toledo por Alfonso VI. Con Alfonso VII comenzó una época de gran esplendor para la villa. Su reinado vio ampliarse el casco urbano con construcciones de gran importancia. Los catorce templos románicos con los que contó la ciudad y el recinto amurallado fueron demostración de este auge.

Alfonso VIII levantó una segunda muralla y otorgó grandes privilegios en reconocimiento a la ayuda que le prestaron sus vecinos el Domingo de Pentecostés de 1163. Entonces, siendo un niño, le salvaron de la persecución a que le sometía su tío, Fernando de León. Cuenta la tradición que los arrieros de Atienza decidieron sacar de la localidad ocultándolo bajo el capote de uno de ellos. Finalmente, lograron ponerlo a salvo dentro de las murallas de Ávila. Este hecho dio origen a la Caballada de Atienza.

A principios del siglo XV un destacamento de caballeros navarros al mando de Rodrigo de Rebolledo tomó por sorpresa a la guarnición y ocupó Atienza. Así pasó a ser una avanzada de Navarra en el corazón de Castilla. Entre mayo y agosto de 1446 un ejército apoyado por artillería y comandado por Juan II de Castilla. Junto al valido Don Álvaro de Luna, asedió la villa.

Después de épicos combates, consiguieron penetrar en las murallas y arrasar la población. No les fue posible, sin embargo, conquistar el castillo. Esto le dio una aureola de invencibilidad a la villa. Durante diez años el pequeño regimiento de caballeros navarros siguió hostigando la comarca. Llegaron a cobrar impuestos a poblaciones para evitar su saqueo. Finalmente, Atienza fue comprada por Enrique IV a Juan II de Aragón (gobernante de Navarra).

Fotografía antigua de la Posada del Cordón
Fotografía antigua de la Posada del Cordón.

Durante la Guerra de Sucesión, tomó partido por el rey Felipe V. Allí residió a la espera de refuerzos franceses. En el transcurso de la Guerra de la Independencia, fue cuartel general de El Empecinado” El mítico líder y sus guerrillas derrotaron repetidas veces al ejército napoleónico. Con todo, en 1811, las tropas del general Mouton-Duvernet saquearon e incendiaron la villa como represalia.

Ahora, lo mejor que ver en Atienza.

La vida del lugar gira en torno a la Plaza de España. En este espacio triangular, situado en una fuerte pendiente y rodeado de casas hidalgas con soportales, arranca la visita. Destacan en ella el Ayuntamiento, edificio austero del siglo XVIII. También una fuente barroca con tres delfines tallados. Justo a la entrada de la plaza está la Posada del Cordón. Es un edificio de la época de los Reyes Católicos, cuya entrada está rodeada precisamente por un cordón.

El Arco de Arrebatacapas, puerta de uno de los lienzos de las murallas, debe su nombre al hecho anecdótico. Se cuenta que el viento arrebata las capas de los cofrades cuando lo atraviesan el día de la Caballada. En todo caso, comunica el lugar con la Plaza de Don Bruno Pascual Ruizlópez.

Esta plaza que ver en Atienza es más conocida como la Plaza del Trigo. Se trata de una de las más representativas de Guadalajara. En ella se dieron cita los eventos políticos, taurinos y comerciales más importantes de la villa. Luce un trazado medieval y responde al estilo tradicional castellano. Debido a ello hace gala de soportales de columnas de piedra y estructura de madera vista.

Una de sus caras la ocupa la antigua Casa del Cabildo. Esta exhibe en sus capiteles de madera tallada los emblemas de la comunidad de curas de Atienza. Enfrente se alza la Casa Serrana, construcción del siglo XVI que destaca por su balcón esquinado.

En otros de sus lados destaca la Iglesia de San Juan, única parroquia abierta al culto de las catorce que tuvo la villa. Fue iniciada en el siglo XII, pero se rehízo a finales del XVI siguiendo los preceptos renacentistas. Llaman la atención su retablo mayor, de estilo barroco. Lo decoran pinturas de Alonso del Arco. Asimismo, es notable el órgano del coro. Anexa al templo se encuentra la antigua cárcel, hoy convertida en mesón.

En el camino hacia el castillo toca ver otro edificio religioso, la Iglesia de la Santísima Trinidad. Se halla situada en uno de los lugares más altos y dominantes de Atienza. Fue construida en el siglo XVI sobre un templo románico del que sólo queda un ábside de influencia segoviana.

De su interior destacan la capilla gótica del Cristo de los Cuatro Clavos, con una talla del siglo XIV. Al tiempo, no hay que pasar por alto la de los Ortega, renacentista o la de la Purísima Concepción. Rococó, fue un regalo de Felipe V por la hospitalidad de la villa durante la Guerra de Sucesión. Por último, la capilla de las Santas Espinas guarda dos fragmentos de la corona de Jesucristo.

La citada iglesia alberga el Museo de la Santísima Trinidad. En su muestra sobresalen una pila bautismal románica y la talla del Cristo del Perdón (siglo XVIII), de Luis Salvador Carmona. Además, la sacristía contiene una colección de pergaminos de la cofradía de la Caballada.

Cien metros más arriba, desde un agujero en la muralla, observa la Iglesia del Salvador (siglo XVII). Cuenta con una llamativa torre plateresca. Actualmente es de propiedad privada y no está abierta al culto. Muy cerca, ya a los pies del castillo, está la Iglesia de Santa María del Rey.

Construida a comienzos del siglo XII a instancias de Alfonso I el Batallador, a este debe su apelativo. Santa María del Rey fue centro de un núcleo muy importante de población. Hoy sirve de cementerio de la villa. Originariamente románica, lo más destacable es, sin embargo, la puerta principal, de estilo protogótico.

De esta forma se alcanza el Castillo de Atienza. Imponente, domina el cerro sobre el que se asienta el pueblo. El principal elemento que ver en Atienza es de origen musulmán. Tiene el honor de haber intimidado a Rodrigo Díaz de Vivar. El héroe no quiso entablar combate con él al considerarlo como una peña mui fuert. Durante la Reconquista cambió de manos y de uso en numerosas ocasiones. Una vez perdido su carácter bélico, sirvió como prisión de estado e incluso como vivienda de Felipe V.

En 1913, el Castillo de Atienza fue declarado Monumento Nacional. Actualmente sólo conserva la puerta de entrada, torreones, la torre del homenaje de planta rectangular y el recinto del patio de armas.

Continuando con lo que ver en Atienza toca bajar a los arrabales. En ellos se asienta la Iglesia de San Gil, templo románico del siglo XII. Destaca su artesonado de la nave central y su ábside semicircular. Hoy día alberga el Museo de Arte Religioso, que expone magníficas obras de arte de diferentes épocas procedentes de las catorce parroquias que tuvo el lugar. Entre las piezas más sobresalientes hay una imagen de la virgen obra de Juan de Juanes. Asimismo, se exponen varias tablas de Berruguete y una imagen de Cristo yacente.

Templo en Atienza

En el extremo opuesto de la villa, en la parte más baja de la población, sobrevive la Iglesia de San Bartolomé, importante ejemplo del románico castellano. Fue construida a principios del siglo XIII, aunque de esa época sólo subsiste el ábside, la portada y la galería porticada.

Brilla en especial el retablo barroco y la capilla del mismo estilo. En ella se encuentra el Cristo de Atienza (1708). El lugar es asimismo sede del Museo de San Bartolomé, que ofrece un gran repertorio de obras de arte sacro. A esto se añade una relevante colección paleontológica.

Fuera del recinto amurallado siguen quedando hitos que ver en Atienza. Por ejemplo, la Ermita de la Virgen del Val, con una bella portada románica. También la Ermita de la Virgen de la Estrella, lugar donde se celebra la Caballada.

Igualmente notable es la Iglesia de San Francisco, que fue construida a instancias de doña Catalina de Lancaster. Tal dama fue esposa del Enrique III y señora de Atienza. Al principio sirvió como templo del convento de franciscanos. Merece especial atención su ábside, pues constituye uno de los pocos ejemplos de arquitectura gótica inglesa en España.

El pueblo cuenta con dos extraordinarios cicerones que se deben conocer. Por un lado, el párroco Don Agustín, que acostumbra a obsequiar a los visitantes con fósiles auténticos. Por otro, el erudito local Julio Fernández de Castro, que muestra un enorme conocimiento del lugar.

Ya conocido lo mejor que ver en Atienza, te invitamos a que conozcas el resto de planes por la provincia de Guadalajara, así como sus actividades de turismo activo.

Imprescindibles

Castillo de Atienza
Castillo de Atienza.
Plaza de Atienza
Plaza de Atienza.

Datos prácticos

Coordenadas

41° 11′ 57″ N, 2° 52′ 12″ W

Distancias

Guadalajara 83 km, Toledo 238 km, Madrid 146 km.

Aparcamiento

Es fácil aparcar en las dos plazas principales de la localidad (plaza de España y plaza del Trigo).

Altitud

1169 m.

Habitantes

482 (2013).

Las principales festividades que ver en Atienza son: San Antón (20 de enero), Virgen de los Dolores (viernes anterior al Viernes Santo), Fiesta de las Santas Espinas (primer domingo de mayo), Corpus Christi, Fiestas Patronales del Santísimo Cristo de Atienza (tercer fin de semana de agosto), Romería de la Virgen del Val (8 de septiembre).

Además, resulta también de interés la Caballada de Atienza (de Interés Turístico Nacional, el domingo de Pentecostés).

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