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La batalla del Gran Tarajal y Tamasite

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Fuerteventura es una isla desértica cuyos escasos habitantes han tenido que hacer frente a los ataques de invasores, corsarios y piratas; estos se aprovechaban de las numerosas playas aptas para desembarcos y de la inexistencia de un ejército regular. La defensa de la isla era responsabilidad del linaje de “los coroneles” (familia descendiente de los conquistadores de la isla) y que eran los señores feudales de la isla; tenían nombrados unos encargados de organizar a los milicianos de las principales poblaciones. La debilidad de las defensas atrajo a corsarios y piratas de múltiples nacionalidades: portugueses,  berberiscos, franceses e ingleses.

Durante el verano de 1740 —al comienzo de la llamada Guerra del Asiento— un barco inglés atacó a cinco embarcaciones locales que navegaban por el litoral de Fuerteventura. El 13 de octubre desembarcaron 53 soldados británicos en las negras arenas de la playa de Gran Tarajal; inmediatamente se dirigieron hacia el barranco de la torrentera del Gran Tarajal, remontándolo con la intención de llegar a Tuineje sin ser vistos. Lo consiguieron, destrozando la iglesia parroquial y saqueando las viviendas de los habitantes que no habían podido huir con sus pertenencias.

batalla del gran tarajal
Playa de Gran Tarajal

Pero uno de los habitantes consiguió correr a avisar al teniente coronel Sánchez Umpiérrez; éste convocó a los miembros de la milicia de voluntarios —formada por todos los varones aptos para la lucha de los contornos, un pequeño colectivo que solían entrenarse algunos días festivos—. Solo unos pocos de los miembros de esta milicia contaban con armas blancas y de fuego, por lo que la mayoría de los paisanos que acudieron a la lucha se aprestaron a combatir solo provistos de palos y piedras. Téngase en cuenta que los canarios vienen practicando desde tiempo inmemorial juegos de esgrima con palos, como el “juego del palo” y la “lucha del garrote”; además los naturales del archipiélago son duchos en peleas como la “lucha canaria”). Al regresar los ingleses hacia su barco los milicianos les atacaron por sorpresa en el lugar llamado El Cuchillete. Allí mataron a 33 de ellos, capturando a los otros 20. Al ver el desastre que les había ocurrido a sus compañeros, los tripulantes del navío inglés levaron anclas y se alejaron de la costa.

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El 24 de noviembre el navío inglés regresó desembarcando en la misma playa un número similar de soldados —55— que se dirigieron de nuevo hacia Tuineje; otra vez saquearon el pueblo y la iglesia. A su regreso al barco la milicia local les estaban esperando; esta vez, el lugar elegido fue el Campo Florido del monte de Tamasite. Para deshacer la formación inglesa y obligarles a malgastar la primera descarga de sus arcabuces y pistolas, los majoreros azuzaron contra el contingente invasor un gran rebaño de camellos; detrás de los animales marcharon los milicianos locales para así poder entablar con los ingleses una lucha cuerpo a cuerpo. Los majoreros lograron derrotarlos de nuevo. Dado que los ingleses habían saqueado de nuevo su iglesia y las casas del pueblo, los majoreros estaban aún más enfurecidos; por ello el teniente coronel no pudo evitar que los milicianos ejecutaran a todos los ingleses capturados.

recreacion de la batalla de tamasite
Recreación de la batalla

Cada año, durante las fiestas de San Miguel la población local conmemora de forma teatralizada (desembarcos vestidos de época y luchas entre participantes) la batalla del Gran Tarajal y la batalla de Tamasite. Los grupos folclóricos locales suelen interpretar los Cantares de Tamasite, compuestos para revivir aquellos acontecimientos épicos.

Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga e ilustración de Ximena Maier