Calatayud / Las Alfonsadas

Pese a que las Alfonsadas sean unas fiestas jóvenes —la primera edición se celebró en 2006— poco a poco han ido consolidándose como uno de los grandes eventos de referencia en el calendario zaragozano, acaparando mayor atención entre las fiestas de España en el mes de junio. La intención de las Alfonsadas no es otra que rendir homenaje al rey Alfonso I el Batallador que en el año 1120 reconquistó Calatayud; la ciudad se convertiría en pocos años en una de las principales plazas del Reino de Aragón.

Durante cuatro días del mes de junio, con fecha variable, Calatayud se viste de medieval convirtiendo las calles de su casco urbano en un gigantesco escenario propio del siglo XII. Caballeros, cortesanas, mendigos, nobles y rufianes se pasean por sus calles entre una gran cantidad de jaimas que exponen y ponen a la venta los más variados productos artesanales de la comunidad. Los actos transcurren sin descanso en los diferentes rincones de Calatayud dificultando el aburrimiento de los asistentes. Mercado medieval, exhibición de aves rapaces, torneos, juegos tradicionales, malabares, cuentacuentos, teatro, espectáculos, música en vivo y exhibiciones de baile, las posibilidades lúdicas que ofrece la ciudad durante las Alfonsadas son realmente variadas pero entendidas siempre dentro del contexto del Aragón medieval.

Dentro de estas actividades, se intercalan otras de carácter recreacionista que constituyen el núcleo principal de la fiesta. Estas son aquellas que reproducen la conquista de Calatayud por Alfonso I el Batallador. La representación se divide en cuatro actos que comienzan en la noche del primer día con el Asalto a las Murallas, que desde 2012 tiene lugar en el castillo durante la noche anterior al primer día oficial de la fiesta. El Rechazo de la Rendición por los Musulmanes, representa cómo el rey Alfonso I envía un emisario para pactar la rendición total y sin condiciones de la ciudad; tras la negación almorávide, tiene lugar una batalla en la que las tropas cristianas resultan vencedoras. El siguiente acto, el Desfile de la Victoria, recorre las calles del casco histórico de la ciudad hasta llegar a la puerta de la iglesia de San Pedro de los Francos. Ahí, se escenifica la rendición de la ciudad mediante la entrega de las llaves de la misma al rey cristiano, la firma del tratado de capitulación y la jura de fidelidad al rey, que acude a la ocasión acompañado de sus nobles. Tras ello tiene lugar uno de los actos más emotivos de la jornada: el Nombramiento de un Caballero de Honor de las Alfonsadas, título que recibirá un vecino de la localidad y que mantendrá en su haber con carácter vitalicio. El último día de las fiestas, tiene lugar la Lectura Pública de los Fueros de 1131. Fue el propio rey Alfonso quien otorgó a Calatayud los fueros que constituyeron la base principal de su futuro desarrollo ya que se concedían una serie de privilegios y libertades que favorecieron la repoblación del lugar con nuevos habitantes venidos del norte del reino.

Para la organización de la fiesta y otras labores de reivindicación histórica y cultural, se creó la Asociación Medieval Alfonso I el Batallador, que desde el principio trabaja para que las Alfonsadas sean un acto de referencia obligada dentro del calendario festivo de España.