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Feria de Abril de Sevilla: Gastronomía

Feria de abril de Sevilla, Feria de Abril de Sevilla: Gastronomía

Sevilla tiene un color especial… Y más aún durante la Feria de Abril. Durante estos días la capital andaluza se llena de luces, lunares, alegría y mucha, mucha comida. Y es que la gastronomía es otro de los protagonistas durante estos seis días en los que, entre canto y baile,  siempre hay tiempo para una ‘tapita’ y una copita de fino. Sea como sea, y se tenga o no se tenga caseta privada, lo que queda claro es que durante esta feria no pasarás hambre, de hecho, todo lo contrario.

Tanta importancia tiene la gastronomía en estas fechas que la Feria de Abril de Sevilla se inicia con la noche del “pescaito”. Se trata de la cena antes siquiera de empezar oficialmente las fiestas con el ya conocidísimo alumbrado. Durante esta cena, los socios y familiares de las casetas privadas se unen para cenar pescaito. Aquí encontramos todo tipo de opciones, entre los que el cazón en adobo, los chocos, las puntillitas y los boquerones suelen ser los reyes de la noche. Aun así, también hay cabida para otras estrellas como los calamares, lo salmonetes, los langostinos y las gambas.

Después de una primera noche cogiendo fuerzas, el ambiente no cesa… De hecho solo hace más que crecer. En las casetas hay un constante vaivén de platos para estar picando entre buche y buche de fino, manzanilla, rebujito (que se realiza con cualquiera de estas dos últimas bebidas, 7up y hierbabuena) o cerveza.  Entre estos pequeños piscolabis encontraremos jamón, que no faltará el de jabugo (Huelva) y deliciosos quesos. A ello se le añaden otros platos como el gazpacho o el salmorejo, mariscos, tortilla de patata… En fin, todos los manjares irresistibles de esta comunidad.

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Pero aunque el picoteo y las raciones son lo que más abunda, no nos podemos olvidar de aquellos platos contundentes que te devuelven a la vida en algún momento dado del día o de la noche. Quién haya estado en la Feria de abril de Sevilla seguro que, más de una vez, ha tomado sus platos de cuchara como el potaje de garbanzos ¿Y por la noche? Se revive con un delicioso caldo de puchero.

Aún queda el postre. Los más golosos encontrarán su perdición en los puestos que ofertan churros con chocolate o buñuelos. Y los niños pequeños (y también los mayores) también podrán tomarse una gran bola de algodón de azúcar.

Ya sabes. Si la música, la guasa y el cachondeo que vive la ciudad durante estos días no son motivos suficientes para dirigirte a Sevilla, la gastronomía puede ser el último empujón que necesitas… ¡Y olé!