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Oviedo / El Desarme

Fiesta del Desarme

Cada 19 de octubre, los ovetenses conmemoran el triunfo de las tropas isabelinas frente a los carlistas con una jornada gastronómica

Hace ya más de un siglo que cada 19 de octubre la ciudad de Oviedo, capital de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, celebra El Desarme con una jornada gastronómica.

El menú está decidido: garbanzos con bacalao y espinacas, callos y, de postre, arroz con leche.

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Teorías sobre el origen

Existen diversas teorías acerca del verdadero motivo de la Fiesta del Desarme, cuyo origen se remonta a las Guerras Carlistas. Estos enfrentamientos se produjeron entre el año 1833 y el año 1876; enfrentaron a los isabelinos o liberales y los carlistas, defensores de los derechos del infante Don Carlos, hermano del rey Fernando VII.

Unos opinan que la Fiesta del Desarme conmemora el 1 de noviembre de 1833, día en que los liberales ofrecieron un copioso “rancho” en la antigua fortaleza de Oviedo, en la plazuela del Real Castillo, a los voluntarios carlistas. Para almorzar se desprendieron de sus armas y quedaron desarmados.

Una segunda teoría atribuye el festejo al día 6 de julio de 1856, cuando los milicianos de Oviedo y de otras localidades asturianas, entre ellas, Avilés, Gijón, Mieres, Noreña, Proaza y Pola de Siero, distribuidos en diferentes batallones carlistas y concentrados en Lugo de Llanera, esperaban la orden para asaltar Oviedo. Los defensores liberales de la capital, en lugar de ofrecer resistencia, prepararon un abundante rancho de garbanzos, con espinacas y bacalao, acompañado de raciones de callos y lo ofrecieron, junto con garrafas de vino, a sus sitiadores. Los carlistas aceptaron tan generoso banquete sin dudarlo. No pudieron renunciar tampoco a una siesta y descuidaron las armas que les fueron sustraídas.

La tercera tesis, que pudiera ser la más probable, coincide exactamente con la fecha de la Batalla de Oviedo del 19 de octubre de 1836. La ciudad se declaró en su mayoría partidaria de Isabel II, aún cuando la Iglesia se mostraba más próxima al carlismo. Las milicias nacionales (ciudadanos armados para mantener el orden) se enfrentaron al general carlista Sanz y, a pesar de sufrir muchas bajas, consiguieron la victoria. La ciudad recibió el título de Benemérita y los soldados disfrutaron de un gran banquete –aunque no se tienen noticias del menú-.

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Quizá la verdadera historia de la fiesta del Desarme consista en que las peñas gastronómicas asturianas recogieron una serie de tradiciones populares -sin mucha base histórica- que sirvieron de motivo para que, en 1898, el Ayuntamiento de Oviedo declarara el 19 de octubre el Día del Desarme.

Es típica la estampa de grupos familiares, amigos, compañeros de trabajo, y, por supuesto, visitantes, reunidos en torno a un mantel, degustando el famoso menú del Desarme, que ofrecen los restauradores ovetenses. Desde hace unos años, en vista del éxito, están surgiendo interesantes iniciativas en diferentes municipios de la comunidad, cercanos a la capital, donde se sirve el tradicional almuerzo.

En realidad, el plato de garbanzos con bacalao y espinacas ha sido el plato típico de la vigila de Cuaresma en la tradición cristiana. La Cuaresma, el tiempo litúrgico de preparación para la gran fiesta de la Pascua que comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa del Jueves Santo, conlleva realizar ayuno y abstinencia. De aquí surge la tradición de no tomar carne los viernes durante los cuarenta días de la Cuaresma. Hace un siglo, tanto los garbanzos como el bacalao eran productos mucho más costosos por lo que sólo las familias pudientes se podían permitir el lujo de consumirlos habitualmente.