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Alfarería y Cerámica de Barcelona

Alfarería y cerámica de Barcelona

En la provincia de Barcelona, desde la Edad Media se elaboraron cerámicas con la técnica de loza estannífera en Manresa y Barcelona. Las decoraciones fueron variadas, con colores en azul, verde y manganeso, y reflejos metálicos.

Muy característicos de Barcelona fueron los azulejos, de los cuales se hicieron variadas y diferentes series. En los siglos XVII y XVIII se decoraron con ellos pavimentos y paredes de conventos y palacios, así como murales de devoción, y los conocidos como rajoles d’oficis, unos azulejos cuadrados característicos por estar decorados de forma independiente, sin guardar relación en conjunto, y en los que en cada uno de ellos se muestra un oficio de aquella época.

Uno de los periodos de mayor esplendor de la cerámica artística catalana es sin duda la relacionada con la arquitectura modernista a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Una de las técnicas singulares modernistas es la llamada trencadís, una especie de mosaico a base de fragmentos rotos de cerámica, que fue utilizado por muchos arquitectos en sus edificios como Gaudí en el palacio Güell, el parque Güell y la Sagrada Familia. Muchas de estas cerámicas se hicieron en la fábrica de Pujol i Bausis en Esplugas de Llobregat. Dentro del Modernismo destacó también el ceramista Antoni Serra, del que aprendieron el oficio sus hijos y nietos, constituyendo una de las sagas ceramistas más importantes con su taller en Cornellà.

En el primer tercio del siglo XX se desarrolló en Cataluña otro movimiento artístico conocido como Noucentisme, en el que participaron importantes ceramistas como Josep Aragay, Xavier Noguès y Josep Guardiola.

No se puede hablar de la cerámica vanguardista española en el siglo XX sin nombrar a artistas como Llorens Artigas, que se convirtió en uno de los máximos exponentes de la cerámica de Barcelona desde que introdujo un nuevo estilo donde priman los volúmenes y los esmaltes monocromos. Otro artista de la cerámica de Barcelona es Antoni Cumella, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1980. La Cerámica Cumella, dirigida por su hijo Toni Cumella Vendrell, ha colaborado con diversos arquitectos para aplicar su arte a la construcción (Cristian Circi, Pep Bonet, Óscar Tusquets, Patxi Mangado…). Obras suyas son la cubierta del Mercado de Santa Caterina de Barcelona, la celosía del pabellón de España en la Exposición Universal de Aichi (Japón), o las piezas cerámicas realizadas para la fachada de la Villa Nurbs.

En relación con la alfarería, ya desde la Edad Media existieron en la provincia de Barcelona muchos centros, incluida la propia capital Barcelona, y la cercana Rubí, donde se hacían piezas vidriadas y sin vidriar. En la localidad de Esparreguera se hicieron botijos, como el botijo de payés de color verde y con barniz de vidriado plúmbico, así como bebedores, orzas, lebrillos y platos. En Piera se hacía una producción similar a Esparreguera con piezas como cántirs o botijos, como el cántir jaspí, con chorreaduras de barniz en color verde, amarillo y negro sobre el color rojo. En Sant Julià de Vilatorta eran típicos los fogons para calentar la cama.

Texto del Dr. Abraham Rubio Celada, Asesor de cerámica de la Fundación Zuloaga y Socio de EcraServicios Integrales de Arte.

mercado santa caterina barcelona
Mercado Santa Caterina. Karol Kozlowski / Shutterstock.com
LOCALIDAD NOMBRE
Barcelona Cerámica El taller
Barcelona Cerámica Cumella
Caldas de Montbui Cerámica Maria Teresa Torras
Palau-Solità i Plegamans Cerámica Mercè Pla
Sant Pere de Ribes Cerámica Davila Serra

Imagen principal: Catalan Art & Architecture Gallery (Josep Bracons)